Siempre quedarán cenizas.

Había aparecido de repente, como de la nada, yo una pésima estudiante, él un alumno de bachillerato con unos resultados brillantes. Aún sigo sin entender cuáles fueron los motivos pero reconozco que en ese preciso instante me quedé prendada de él. Recuerdo como me confesabas que lo que más te gustaba de mí era mi permanente sonrisa, la misma que desapareció cuando te fuiste, sí sé que no eras para mí, estaba claro que no me podía pasar nada bueno. Sigo sin entender qué paso, pero todavia vivo con la esperanza de que me llames para tomarnos nuestro té o cantar nuestra cancion. Sólo espero que alguien le dé lo que yo tenia para darte. 

Éste es un trabajo que tenía para hacer para clase, por lo que si lo ve mi profesor Jose que sepa 

que no es un plagio, todo mío.