Brindemos.

Brindemos.
Brindemos por los amigos que tenemos, que tuvimos y que tendremos.
Por los enemigos, por lo entretenido que es el mundo gracias a ellos.
Por las charlas consistentes, eruditas, irónicas, alegóricas, eroticas, incluso por las absurdas.
Por las carcajadas y por el dolor que te dejan en el abdomen.
Por los llantos, por el rimel esparcido por la cara, por los hombros en los que te apoyaste y los pañuelos que secaron las lágrimas.
Por las tardes, las noches, las mañanas con los amigos. Por los momentos a recordar a su lado.
Por los momentos bochornosos y las metedura de pata. Y también por los de lucidez, por las palabras adecuadas, por las preguntas cortantes y las respuestas acertadas.
Por las canciones de moda, las que todos cantamos y luego olvidamos, por los desafines y los altos desentonados.
Por el primer amor, el primer beso, la primera vez, la primera sonrisa ladeada, el primer cosquilleo, el primer nudo, el primer tartamudeo, la primera caricia, la primera noche en vela. Pero también la segunda y la tercera y a cuarta y la quinta.... y la última.
Por la primera fiesta, la primera salida, la primera borrachera, los primeros tacones, por empalmar dia.
El primer coqueteo, el primer ligue de una noche.
Por el calentar e irse, por el enamorarse y permanecer siempre a su lado.
Brindemos los primeros regalos, las primeras navidades, las vacaciones.
Por la primera brecha en la cabeza, el primer hueso roto, la primera escayola.
Por quedarte atontado mirando el fuego de la hoguera, perderte en la profundidad del mar.
Brindemos por todo, brindemos por cada recuerdo.